El cónclave se desarrolló en un lugar aparentemente normal, que debemos mantener en secreto para evitar que determinadas personas nos puedan localizar e interrumpan nuestro arduo trabajo. Así pues, el trobador de la vida, Kiki Monroe, Anaos Eñton, recién regrasada de las Américas para recabar información crucial en torno al asesinato de Robert F. Kennedy, y un servidor, coemnzamos a deliberar sobre cual debía ser el enfoque de la película.
Después de tratar de hacer fluir nuestros pensamientos mediante la ingesta desmedida de bebidas alcohólicas, camufladas en botellas aparentemente inofensivas de Coca-Cola (ver foto), pudimos constatar que las teorías de Sergio Moliner sobre las relaciones mafiosas de los Kennedy bloqueban cualquier tipo de consenso, así que Anaos Eñton no tuvo más remedio que solicitar la presencia de "Ka", agente especial cuya identidad también mantendremos en secreto.
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