el veranillo de san martín

Prepáremonos para el anticiclón, porque ya llega el veranillo de San Martín. Mientras nos recuperamos de las primeras gripes galopantes de la temporada y en El Corte Inglés recibimos la Navidad por todo lo alto, las temperaturas vuelven a ascender y algunos incluso se permitirán el lujo de darse un bañito en la playa. Otros se adelantan incluso a la fecha y comienzan a entrenarse para la tregua invernall. Sin ir más lejos, esta tarde (tarde-noche, por lo del cambio horario), Passeig de Gràcia abajo, un señor ya entradito en años exhibía su cuerpo con una desvergüenza inversamente proporcional a la cantidad de ropa que llevaba encima, y desde luego, muy vergonzoso no debía ser. Mi primera impresión fue "¿qué hace alguien sin camiseta a estas horas por la calle con el frío que hace?", pero pronto advertí que aquello que parecía un pantalón o un slip tipo boxer, no era tal prenda sino un paradigmático ejemplo de body-painting. Efectivamente, este caballero se paseaba por el centro de Barcelona, en hora punta, mostrándose cual full monty, como su señira madre le trajo al mundo, y luciendo un aparato reproductor digno del mismísimo y vanagloriado Nacho Vidal, rematado simbólicamente por un hábil piercing visible a larga distancia. Huelga decir que las caras de los transeuntes iban transmutandose a medida que avanzaban hacia este sujeto, y que yo, que seguía la misma trayectoria era testigo de lujo de esos gestos faciales de estupefacción, amen de la vista de un maquillado pandero de la segunda edad...