La Favorita... de quién?

Resulta que un buen día decides casarte y, después de la ceremonia y el correspondiente baño de legumbres, te dirijes al restaurante donde has concertado el banquete y... ¡sorpresa! aquí no podéis comer, ¿por qué? ¡Porque sois mariquitas, obviamente! No es un chiste, aunque lo parezca, es España!!

Dos cosas: por un lado, la putada que supone llegar a comer el día de tu boda y que te dejen en la calle, con toda la familia arregladita para la ocasión y las consuegras emocionadas por el evento. El daño es irreparable y (supongo) no se debe olvidar nunca (es el día de tu boda!!). A parte, esta el asunto del "motivo" de la no admisión. Por lo primero, ya me parece bien que les metan sus 12.000 euritos de multa, por incumplimiento de contrato; por lo segundo, y por mucho que pueda uno ampararse en la libertad de conciencia y el derecho de admisión, igual que "mein kampf" está censurado, no creo oportuno que los propietarios de un restaurante tengan que aceptar a sus clientes en función de su inclinación sexual, básicamente porque están vulnerando la ley y los derechos fundamentales de mucha gente. Si quieren hacerlo, allá ellos, ahora que no lloren, sólo espero que a partir de hoy el antro se les llene de simpáticas parejas homosexuales a las que les apetezca tomarse un café como a todo el mundo...