Pep Guardiola ha vuelto a ganar la partida. Esta vez no ha sido en los terrenos de juego, donde tanto nos hizo disfrutar con su fútbol de fantasía y su capacidad de liderazgo, sino fuera de ellos, ante la justicia, la que se le negó durante tanto tiempo y que finalmente ha tenido que ponerse de su parte.
Era demencial pensar que alguien que lo había ganado todo (la champions, campeonatos de liga, copas, recopas, el oro olímpico) y que ya estaba de vuelta de todo en el mundo del fútbol, iba a perder el tiempo iendo a Italia para poner en riesgo su prestigio, dopándose para jugar un partido con el Brescia. Personalmente, jamás lo creí, porque conocemos demasiado bien a Pep. Conocemos al Guardiola jugador, al capitán, pero también a la persona, al que era cuando se vestía de calle. Siempre ha sido un hombre de principios y a nadie con dos dedos de frente le cabía en la cabeza que semejante acusación fuese fundamentada.
Sin embargo, se le sancionó. Le condenaron a 7 meses de cárcel y a pagar 50.000€ de multa. Los recursos interpuestos no han llegado a resolverse hasta seis años después. De hecho, los supuestos delitos ya habían prescrito, pero Guardiola prefirió seguir adelante en la lucha por demostrar su inocencia. Finalmente, lo ha conseguido: el Tribunal de Apelación de Brescia le ha dado la razón y la sentencia afirma que la acusación que pesaba sobre él no tenía una base sólida.
Quizás no sea como levantar la Copa de Europa en Wembley o meterle una manita al Madrid, pero seguro que este triunfo le sabe a gloria al entrenador del Barça B, que ve como su nombre y su reputación como el gran futbolista que fue, son restituidos.
Era demencial pensar que alguien que lo había ganado todo (la champions, campeonatos de liga, copas, recopas, el oro olímpico) y que ya estaba de vuelta de todo en el mundo del fútbol, iba a perder el tiempo iendo a Italia para poner en riesgo su prestigio, dopándose para jugar un partido con el Brescia. Personalmente, jamás lo creí, porque conocemos demasiado bien a Pep. Conocemos al Guardiola jugador, al capitán, pero también a la persona, al que era cuando se vestía de calle. Siempre ha sido un hombre de principios y a nadie con dos dedos de frente le cabía en la cabeza que semejante acusación fuese fundamentada.
Sin embargo, se le sancionó. Le condenaron a 7 meses de cárcel y a pagar 50.000€ de multa. Los recursos interpuestos no han llegado a resolverse hasta seis años después. De hecho, los supuestos delitos ya habían prescrito, pero Guardiola prefirió seguir adelante en la lucha por demostrar su inocencia. Finalmente, lo ha conseguido: el Tribunal de Apelación de Brescia le ha dado la razón y la sentencia afirma que la acusación que pesaba sobre él no tenía una base sólida.
Quizás no sea como levantar la Copa de Europa en Wembley o meterle una manita al Madrid, pero seguro que este triunfo le sabe a gloria al entrenador del Barça B, que ve como su nombre y su reputación como el gran futbolista que fue, son restituidos.
Enhorabona, Pep!!
PD: este post existe gracias a la acertada sugerencia de una lectora que nos visita desde Monterrey (México)
2 comments:
Gràcies bro! :D
guardiola la va a cagar comotodos los años el puto barca. es un entrenador sin experiencia
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