Mariano no es Hannibal Smith

En 1961, George Peppard protagonizó, junto a Audrey Hepburn, "Breakfast at Tiffany's" ("Desayuno con Diamantes" para los amigos). La película, basada en la novela de Truman Capote, es un clásico, aunque pocos en mi generación recordamos a George Peppard como coprotagonista de la misma. Le recordamos más bien por su papel como el Coronel John "Hannibal" Smith, cabecilla de "El Equipo-A".

¿Y por qué digo esto? Porque últimamente veo a Mariano Rajoy y pienso en Hannibal Smith. Sí, porque los dos fuman puros. Sin embargo, existen diferencias. A Hannibal le gustaba que los planes salieran bien. De todos modos siempre tenía un plan B preparado, por si algo fallaba. Se rodeaba de los mejores hombres: Fénix conseguía el equipo necesario, Murdock era el As bajo la manga, MA (BA en la versión original) ponía la fuerza y la destreza al volante.

Lamentablemente, ni Acebes es Templeton Peck, ni "Howling Mad" Murdock tiene mucho que ver con Zaplana (psiquiátricos a parte). El PP no es El Equipo-A y Mariano Rajoy no es Hannibal Smith. Porque a Mariano le ha salido mal el plan y, aunque suponemos que hubiera preferido salirse con la suya, parece no tener un plan B. No hay sopletes para construirse un blindaje antiencuestas, ni lechugas para arrojar a modo de proyectiles vegetales contra los separatistas del PSOE.

El pulsómetro de la Cadena Ser revela hoy mismo que, tras las manifestaciones del último domingo, la brillante actuación de Mariano Rajoy en el Congreso el pasado lunes y las posteriores perlas de la cúpula del Partido Popular, comparando la actual situación con la Rusia de Stalin (más quisieran), el PSOE ha vuelto a recuperar los seis puntos de distancia en las encuestas, que tenía justo tras los atentados del 11-M, en pleno juego de la bolita del, por aquel entonces, Ministro del Interior, Ángel Acebes. No sé si alegrarme, porque la verdad es que constatar que quien debe representar la alternativa higiénicamente necesaria a todo Gobierno democrático, se halla atrapado en su propia dialéctica, sin salida posible ni alternativa aparente, nos condena a la resignación de un panorama político que seguirá basándose en el enfrentamiento y el "todo vale", mientras los ciudadanos no sean capaces de dar un barapalo suficientemente importante a la derecha española como para que cambie su estrategia.

Rajoy y Hannibal también comparten la pasión por los helicópteros

En momentos como este, alguien debería decirles que si tienen un problema, y si los encuentran, quizá puedan contratarlos...