El 17 de mayo de 2005, el Parlamento da su apoyo al Presidente del Gobierno para iniciar los contactos con la banda terrorista ETA. El ejecutivo pone como condición para una futura negociación la ausencia total de violencia, sea terrorista, de "kale borroka" o en forma de extorsiones a empresarios vascos. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anuncia el inicio de un periodo de "verificación" del alto el fuego, durante el que se valorará si se dan realmente las condiciones necesarias para iniciar el diálogo.
El 24 de octubre, ETA protagoniza el robo de 350 pistolas en el sur de Francia. Zapatero lamenta la situación y asegura que "tendrá consecuencias". Posteriormente, el 23 de diciembre, la Guardia Civil localiza en Euskadi dos zulos de la banda terrorista, uno de ellos con indicios de haber sido utilizado recientemente. El Gobierno vuelve a insistir en la necesidad de renunciar a la violencia para posibilitar el diálogo y reitera su esperanza de que Batasuna pueda concurrir a las próximas elecciones, respetando la Ley de Partidos.
El 30 de diciembre de 2006, sin previo aviso, ETA da por terminado el alto el fuego, con su primer atentado mortal en mas de tres años. Zapatero ordena suspender todo contacto, y apenas unos días después, Rubalcaba da por finalizado el proceso de paz.
Por su parte, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, critica que el Gobierno se limite a "suspender" el diálogo y exige que el Presidente del Gobierno dé explicaciones en el Parlamento sobre su política antiterrorista. En esa misma línea, la AVT convoca una manifestación para exigir responsabilidades al gobierno por su política antiterrorista. En palabras de su presidente, Francisco José Alcaraz, el Gobierno debe dar "pruebas manifiestas de que la ruptura es real".
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