Dicen que no hay libro que no se haya escrito, que no hay idea que alguien no haya pensado antes (otra cosa es que la haya podido plasmar con mejor o peor fortuna), y la verdad es que cuando trabajas en una librería te das cuenta de que ese dicho no está lejos de ser cierto.
Se pueden encontrar libros de prácticamente cualquier cosa, por absurda que parezca. No son pocas las editoriales que subsisten con fondos de catálogo más que sospechosos (siempre me he preguntado cómo lo hacen, cuál será el auténtico negocio que hay detrás). Sin embargo, hay ciertas fronteras que nadie ha osado cruzar todavía y, si lo ha hecho, su delito no puede quedar impune: son los libros que jamás publicarías.
En esta primera entrega, empezaremos por un libro que yo jamás publicaría: el de las reglas del Parchís. ¿Alguien ha visto escritas esas reglas? Seguro que sí. Vienen en un papelito, doblado por la mitad, parecido al prospecto de la Aspirina efervescente. No creo que haya más de dos o tres normas en el Parchís. Tira el dado y cuenta las casillas. No saques tres 6 seguidos. Comes una y cuentas 20 (como en la vida). Dos fichas forman una barrera... ¿alguna más? En definitiva, si uno no sabe jugar al Parchís puede preguntar a su vecino, que seguramente sí sabrá, o inventarse las normas (sobretodo si el tablero es suyo), pero por favor, ¡no busque usted un libro!
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