Sunday, May 14, 2006

Mi vida sin mi (iPod)

Hace unos días estaba en el metro escuchando no recuerdo qué canción y de repente ocurrió algo terrible: mi iPod se apagó por una supuesta falta de batería. Lo hizo entre mis propias manos, ante mi perplejidad, puesto que hasta unos segundos antes la pantalla todavía reflejaba carga de batería suficiente. Debo admitir que me preocupé. Pensé: "luego en casa miramos qué te pasa, seguro que no es nada". Hasta ese momento no me percaté de cuánto ha cambiado mi vida desde que mi iPod me acompaña. El es quien pone banda sonora a mis carajas matinales, ya sea con Abba o con Bryan Adams, es lo que tiene su modo "shuffle". El modo shuffle es maravilloso, es como una continua cascada de sorpresas, "nunca sabes lo que te va a tocar", parafraseando al gran Forrest. Atrás quedan aquellos días en que cargaba con mi discman y siempre echaba de menos aquellas canciones que no estaban en el cd de turno. Mi iPod me ofrece cientos de ellas, yo las pongo, las quito, la banda sonora de mi vida va conmigo. ¿Qué hago yo si mi iPod se apaga?, ¿si su batería ya no vuelve a funcionar como antes? ¿Si su autonomía sólo le permite llegar hasta la calle Pelayo o se me queda a medio camino del trabajo? Definitivamente, mi iPod ha elevado mi nivel de vida, y se lo agradeceré siempre, pero a todos nos llega nuestra hora, y mi iPod se tiene que marchar. Ya nunca volverá a ser el mismo. En su lugar vendrá otro nuevo, sin golpes, ni arañazos. Ocupará su lugar, pero tan sólo su lugar físico, no su espacio espiritual. Mi iPod siempre será recordado como lo que fue: el primero, el único e incomparable, y siempre le recordaré. Él se mojó bajo la lluvia nocturna malagueña, sufrió el calor de aquella playa y se llenó de arena como todos los demás. estuvo conmigo en aquel avión y en aquel autobús. Otros lo harán en el futuro, pero él fue el primero en acompañarme. Por todo ello, gracias amigo, donde quiera que vayas, nunca te olvidaré...

How To Save A Life
By The Fray
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